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Sant Joan Despí (Barcelona).-  Eidur Gudjohnsen, jugador islandés del Barcelona, asumió hoy el partido en el que su equipo logró el pase a las semifinales de la Copa del Rey, ante el Espanyol (3-2), como una "buena lección" sobre el peligro de perder la concentración y resucitar al rival.

"Me da la sensación de que fue una buena lección", confesó Gudjohnsen, "porque si nos relajamos, si no seguimos hasta el minuto 95 a tope, cualquier equipo nos puede hacer daño. En los últimos 25 minutos sufrimos demasiado en un partido que íbamos ganando por 3-0".

Al islandés le costó encontrar una explicación al despiste de su equipo ("es difícil decir qué pasó, tampoco sería normal ganar siempre por 7-0"), aunque reivindicó la capacidad del Barcelona de "ganar sufriendo". También negó que el equipo esté saturado por tener que jugar un partido cada tres días. "No creo que nos podamos cansar del fútbol porque es lo más bonito que hay en el mundo", comentó.

"Pero lo importante es que estamos en semifinales. No vamos a ganar todos los partidos por goleada ni vamos a jugar siempre el mejor fútbol del mundo", añadió.

En la misma línea de prudencia que suele mostrar su entrenador, Gudjohnsen insistió en que el Barça "no puede olvidar la humildad ni el trabajo diario que nos queda por delante" y puso como ejemplo sus dos primeros años en el equipo: "si no estamos al cien por cien, podemos acabar la temporada sin ganar nada. Por eso me preocupa más lo que pase el domingo que lo que podamos hacer en el futuro".

Pero "a diferencia de la pasada temporada", el Barcelona ahora sabe, según Gudjohnsen, "la importancia de todos los partidos que jugamos, sea en Liga, Champions o Copa. Vivimos de eso; de ganar partidos, de mantener el hambre de ganar y de tratar cada partido como si fuese una final, de aquí al 31 de mayo".

Por ello, Gudjohnsen manifestó que el rival más peligroso del Barcelona "será el propio Barcelona" y que "el único peligro que podemos encontrar es nuestra propia relajación".

Además, el islandés se declaró "bastante satisfecho" con su aportación al equipo hasta el momento, aunque matizó que, "como cualquier futbolista", le gustaría "jugar todos los minutos posibles" a pesar de la competencia. "Con la calidad que hay en la plantilla, sé que es difícil jugar", concedió.

Cuestionado por el rendimiento de Bojan, autor de dos goles ante el Espanyol (3-2), en la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey, Gudjohnsen celebró los tantos del canterano, de quien dijo que a lo largo de la temporada "ha sufrido un poco porque el año pasado todo le salió muy bien".

"Pero si yo tuviera 18 años y jugase en el Barça, no me preocuparía tanto. Tiene mucho futuro por delante, es un gran goleador y todos creemos en él", añadió.

Aunque el ex presidente del club, Josep Lluís Núñez, llegó a afirmar que el Barcelona de Guardiola ganaría el triplete con cierta facilidad, Gudjohnsen recordó que en el mundo del fútbol "nada es fácil" y que el equipo ya ha gastado "mucha energía y mucha atención en todos los partidos" que ha disputado. "Tampoco sé si hay muchos equipos que hayan ganado los tres títulos con facilidad", replicó.

El técnico argentino dará una oportunidad de darse a conocer a los canteranos Javi Márquez y Dídac Vilà. Y es que Pochettino ha preferido dar descanso a jugadores que acumulan muchos minutos ininterrumpidos de Liga, como Luis García, Pareja o Moisés, que se suman a la lista de lesionados, incrementada esta misma semana con Valdo y Moisés.

Así pues, los 16 jugadores elegidos por Pochettino para este derbi son: Kameni, Cristian, Torrejón, Lacruz, Sergio Sánchez, Finnan, Jarque, Chica, Ángel, Lola, Rufete, Javi Márquez, Coro, Jonathan Soriano, Callejón y Dídac Vilà.

El Racing se trae a Cantabria los tres puntos y una novena posición, tras su victoria ante el Sevilla por cero goles a dos. Un resultado que vino despues de un partido trabajado, ya que los jugadores de Muñiz disputaron tres cuartas partes del mismo con diez hombres, tras la rigurosa expulsión del racinguista Serrano mediada la primera parte. El partido arrancó de poder a poder y ninguno de los dos conjuntos firmaban el empate. Pero los cántabros tuvieron la fortuna de ponerse por delante en el marcador, en el minuto, 23. Un saque de falta lanzado por Munitis, que remató Zigic y cuyo remate acabó en las botas de César Navas que batió a Palov. Ocho minutos más tarde, el cuadro cántabro se quedaba con diez jugadores tras la expulsión de Serrano por zancadillear al sevillista Adriano. La segunda parte se presentaba complicada para los cántabros, pero nada más iniciarse, Zigic aprovecha otra falta sacada por Munitis para mandar el mandar el balón a la red, y dejar el camino más despejado para la victoria de los racinguistas.

El Racing inició la segunda vuelta aún mejor que la primera. Si en el arranque del campeonato igualó en Santander con el Sevilla, en el comienzo de la nueva ronda consiguió una victoria (0-2) que hacía 13 años no conocía orillas del Guadalquivir. Al margen del resultado el conjunto, hoy verdinegro, realizó uno de los partidos más completos, tanto por cuanto supone derrotar en su feudo a uno de los mejores del campeonato, como por la solidaridad con que se comportó todo el bloque y porque el éxito llegó actuando con uno menos durante más de una hora, por causa de la expulsión de Serrano en el minuto 31 de la fase inicial.

Los racinguistas parecieron, desde el primer momento, querer decirle, en la práctica, al Presidente, que el Racing 2008/09 no se conforma con la medianía. Así se lo había pedido recientemente Francisco Pernía a los cuatro capitanes (Moratón, Munitis, Colsa y Pinillos) y así se lo aseguraron ellos, en nombre de la plantilla, de palabra. Sólo faltaba hacer realidad tan ambiciosos propósitos sobre la cancha. Y a la primera ocasión que tuvieron, los racinguistas demostraron que están prestos a hacerlo todavía mejor de lo bien que lo hicieron durante el global de los 19 encuentros iniciales.

Salió el Racing bien organizado, observando el orden preestablecido y evidenciando ambición desde el pitido inicial. Lo conjunto verdinegro se mostraba maduro, con oficio, con ayudas constantes entre sus componentes y con calidad tanto en el control del cualificado rival como en la organización de los ataques propios. No habían transcurrido más que tres minutos y Serrano ya fraguó una acción de la que salieron dos oportunidades consecutivas de Pereira y Munitis. El primer lance inquietante del Sevilla fue un envío lejano y duro de Romaric a saque de falta en el que Toño demostró su excelente momento despejando con seguridad y de puños. Era la demostración de que en el conjunto de El Sardineron funcionaban todas las líneas.

EL TRABAJO DE TODO UN EQUIPO COMPROMETIDO
Sabía el Racing que el éxito tenía que llegar a base de trabajo conjunto y de solidaridad. Por ello los delanteros presionaban las salidas sevillistas dedse que el balón dejaba el área. Los medios asistían con sentido de la anticipación, constancia y cerebro y los defensas tomaban su zona con suficiencia, sin apenas dejar tocar bola a los delanteros andaluces cuando estos merodeaban el portal cántabro. Subía, y mucho, de tono el Racing y completaba su quehacer con velocidad en las contras. Aparentaba seguridad, confianza, solidez y cierta dosis de calidad ante un contrario de alto nivel.

HASTA CON UNO MENOS QUERÍAN MÁS 
No extrañó, ni mucho menos, la llegada del primer gol, a los 23 minutos y la valentía posterior en su atrevido planteamiento, de lo que siguió hasta el descanso. Dueño y señor del partido, el Racing daba la impresión de acusar menos de lo temido la pérdida de un jugador. Expulsado Serrano en el 31 había que resistir hasta los 47 que duró la primera mitad y los 49 que se prolongó la continuación. Lo consiguió con generosidad en el esfuerzo, sí, pero sobre todo con cabeza y balompié de un cuadro en el que llamó la atención, especialmente, el trabajo de equipo. Incluso, en el 41 del primer periodo, Pinillos se atrevió con un centro chut alto que Palop agarró junto a la misma escuadra. Era la demostración reiterada de que los racinguistas no se limitaban a aguantar, sino que buscaban ampliar diferencia, aunque estuvieran en inferioridad numérica.

El comienzo del segundo tiempo dio la razón a quienes confiaban en el inconformismo racinguista. Al minuto de juego otra acción a balón parado, de estrategia, sirvió la engañar a la zaga hispalense y Zigic anotó su tercera diana desde que retornó a la tierra que le relanzó en su carrera deportiva. Pero lejos de la dependencia de Zigic el Racing demostraba que era mucho más que el altón delantero. Dispuso de más de tres cuartos de hora para superar la prueba que significaba una ofensiva sevillista en toda regla. Manolo Jiménez, técnico local, apuró al máximo su planteamiento ofensivo. Las salidas Chevantón, Maresca y el joven canterano Pukki, junto con el pase de Adriano al lateral derecho y Navarro al izquierdo, justificaron que no entregaban los tres puntos, a pesar del 0-2. Mientras el Racing seguía muy atento, templaba el juego y hacía largos recorridos cuando poseía el balón, el Sevilla tenía prisa y exigía.

Luis Fabiano en el 11 obligó a Toño a realizar la primera de sus sobresalientes intervenciones de esta fase y el rechace rematado por Chevantón aún lo envió a córner Pinillos. Replicó dos minutos después Munitis, diciendo bien claro que los verdinegros tampoco se conformaban, y Palop se exhibió con un paradón. Cinco más tarde el uruguayo Chevantón marcó pero en fuera de juego, por lo que su gol no sirvió. A renglón seguido llegó la réplica santanderina y el envío de Zigic, a pase de Munitis, volvió a poner a prueba a Palop.

SABER SUFRIR Y REPLICAR
Hubo que sufrir, naturalmente, hasta llevar el barco racinguista al puerto del nuevo triunfo. En uno de los pocos desajustes de los zagueros cántabros Pukki se quedó, en el minuto 28, solo ante Toño y el meta le sacó el balón. Hasta el final, más ataque local, réplicas calculadas de los racinguistas y la consumación de un nuevo y más que sobresaliente éxito del Racing a domicilio. Con 28 puntos en la jornada vigésima los jugadores certificaron que quieren más. En una campaña excelente, con notables actuaciones en las Copas de la UEFA y del Rey, en la Liga han prometido no apostar por la medianía. Son inconformistas y ante uno de los mejores del campeonato, el Sevilla, bien pronto que lo han demostrado. Ahora queda, el domingo a las cinco de la tarde, el atractivo de intentarlo nada menos que ante el Barcelona. Otro reto que espera, pero hasta entonces, a disfrutar con la afición la conquista de tres extraordinarios puntos en Nervión, casi nada.

FICHA TÉCNICA
Sevilla: Palop, Fernando Navarro, Squillacci, Escudé (Chevantón m. 46), Dragotinovic (Pukki m. 62), Romaric (Maresca (m. 68), Capel, Renato, Adriano, Kanouté y Luis Fabiano.
Racing: Toño, Valera (Pinillos m. 21), Oriol (Moratón m. 75), César Navas, Marcano, Munitis, Lacen, Colsa, Zigic y Pereira (Toni Moral m. 59).
Goles:
0-1 m. 23 Falta por la derecha que ejecutó por alto Munitis al segundo palo, donde Zigic cabeceó fuerte, Palop despejó en corto y César Navas marcó por bajo.
0-2 M. 46 Nueva falta lanzada por Munitis desde la derecha, balón al interior del área pequeña donde se adelantó Zigic en pugna con un defensor y marcó tocando con el empeine del pie izquierdo.
Árbitro: Álvarez Izquierdo, Comité Catalán. Amonestó a Valera m. 12, Munitis 27, Toño 84, Zigic 91 y Chevantón 91. Expulsó a Serrano en el 31 por entrada por detrás.
Incidencias: Primer partido de la segunda vuelta, disputado en el estadio Sánchez Pizjuán ante unos 40.000 espectadores. El Racing salió con brazaletes de luto por el fallecimiento estos días de Luis Aizcorbe, que fuera uno de los pioneros y coordinadores de las secciones inferiores verdiblancas. Se observó un minuto de silencio por las víctimas mortales de los recientes temporales. Los racinguistas vistieron su uniforme verde y negro a cuadros. Oriol se reitró lesionado con una contractura y Valera sufrió una subluxación en uno de los hombros. El Racing botó cuatro saques de esquina por otros tantos el Sevilla.

Esta vez el público tardó en desfilar. Muchos permanecieron de pie, delante de sus asientos, sin querer abandonar La Rosaleda. Fue un partido tan vibrante, intenso y absorbente que los tres minutos de prolongación supieron a poco. El Málaga y el Atlético de Madrid ofrecieron un encuentro más propio de la Premier League, con idas y venidas, en un cuerpo a cuerpo en el que los locales no se arrugaron ni tampoco se empequeñecieron cada vez que su temible adversario merodeaba el área y el murmullo se apoderaba del estadio. En definitiva, pareció un pulso entre dos conjuntos poderosos, y no con una distancia sideral en sus presupuestos. Y eso ya es un logro enorme para el cuadro de Tapia.

Convendría empezar por el final, porque la última acción fue de esas que se relatan a los nietos, de las que se quedan en la retina para siempre. «Fue en la portería de Fondo, en el último momento, ahí le remataron a bocajarro a Goitia, y este sacó una mano...» Los dos equipos merecieron ganar. El Atlético tuvo esa oportunidad; el Málaga, otra, catorce minutos antes. Leo Franco estuvo providencial en el tiro de Baha con la izquierda.

Estas dos acciones reflejan el nivel del partido. El Atlético no está para muchos trotes, pero su ritmo cansino actual (muy lejos del arranque del campeonato) adormece al contrario. El Málaga se contagió al comienzo de cada periodo y pudo pagarlo. En el primero la sucesión de toques visitantes llegó acompañada de un factor externo, el viento -que frenaba la salida local-, y de su clara superioridad numérica entre líneas. Ni Agüero ni Forlán ejercían como delantero centro y preferían moverse en la media punta, igual que Simao. Esa situación provocó un descontrol defensivo en el minuto 7 y un error al bascular a la derecha que dejó completamente solo a Sinama. Goitia, que a los 44 segundos evitó un gol de Agüero, despejó con el pie.

Rasear el balón

El Málaga tardó un cuarto de hora en coger el ritmo. Se sacudió el dominio, optó por rasear el balón para evitar el viento (a Goitia se le quedó un saque de puerta a mitad de camino) y creyó en sus opciones, paradójicamente, a raíz de un disparo desde la frontal de Apoño. Fue ocho minutos antes de que el centrocampista superara a Leo Franco beneficiado además por el rebote en la espalda de Assunçao.

El Atlético no mostró síntomas de reacción. Siguió en su línea, con una nulidad desesperante en el plano creativo -Raúl García está sobrevalorado y Assunçao es otro de tantos medios de contención que recalan año tras año en el Calderón- y de nuevo con dificultades defensivas por la escasa aportación de sus cuatro elementos ofensivos. El Málaga comenzó a gustarse. Apoño ejercía de compás mientras el resto jugaba de maravilla sin balón, lo que facilitaba las combinaciones y hasta las triangulaciones. El 'tuya-mía' de Apoño y Lolo al filo del descanso enardeció al público, entusiasmado por el claro dominio territorial de su equipo. Únicamente faltó tener las ideas más claras en el momento clave. Aun así, la presión de Baha en un saque de banda pudo acabar en el segundo gol, pero Leo Franco no dejó el más mínimo resquicio.

El Atlético apenas creó peligro durante media hora, aunque forzó un par de faltas propicias para nivelar la balanza. Era su único argumento. El guión se cumplió. Ayudado por el viento y la deficiente colocación de los defensores malaguistas, Heitinga no desperdició el regalo.

La reanudación fue menos vistosa, pero más intensa. La entrada de Maxi convirtió al Atlético en un equipo más lógico y simétrico. El Málaga estuvo a punto de aletargarse, pero dio un paso al frente y de nuevo entró en el intercambio de golpes. La diferencia radica en que el conjunto visitante se partió en dos mientras que el local mantuvo el equilibrio y buscaba la portería contraria sin descuidarse atrás. De lo contrario, una acción de calidad habría decantado el partido a favor de los rojiblancos.

Los dos llegaron y los dos dispusieron de un par de oportunidades claras, pero tuvo más mérito el Málaga. En esa tenaz pelea a campo entero llegó a gustarse con un fútbol vistoso, sin dar un pelotazo, siempre con criterio y apariciones por las bandas de los laterales. Sin miedo y con Apoño crecido más parecido a Sandro que a Romero. Fue un equipo con una confianza que no tiene límites. Más de lo mismo. Que no pare.

El Madrid se asegura la segunda plaza en solitario con una victoria por la mínima (1-0) ante el Deportivo de La Coruña. El gol de su capitán Raúl, que batió de cabeza al uruguayo Gustavo Munúa en el minuto 39, fue lo único destacado de un partido sin brillo. La estrella blanca, con 306 tantos, se coloca a una diana de Alfredo di Stéfano como máximo anotador de la historia del Real Madrid en partido oficiales.

La sorpresa de la jornada estuvo en el Sánchez Pizjuán, donde el Racing fue capaz no sólo de endosar un contundente 0-2 al Sevilla, sino de hacerlo en inferioridad numérica desde el minuto 30 de partido, cuando sufrió la expulsión de Óscar Serrano. César Navasadelantó a los cántabros en el minuto 24 y, nada más comenzar la segunda mitad, Zigicsentenció el triunfo visitante. A partir de ahí, el equipo de Manolo Jiménez dispuso de ocasiones, pero pagó cara su falta de ambición ante un rival que también tuvo oportunidades de incrementar la cuenta. 

El Mallorca ha logrado su cuarta victoria de la temporada -la primera en los últimos tres meses- tras derrotar al Valencia en Son Moix (3-1), en un partido resuelto por el gaditanoJosé Manuel Jurado en los primeros 45 minutos, ya que marcó dos goles y provocó el penalti que transformó Martí. El conjunto de Unai Emery, que encaja su sexta derrota en Liga, acusó las bajas de David Villa y Joaquín, para firmar un partido desastroso en la capital balear. El juego del Valencia empezó a mejorar sólo tras el gol de Vicente (m.71), conquistado apenas un minuto después de que Jurado desperdiciara una gran ocasión de 'matar' el partido con el cuarto tanto.

"Nunca dejaré este club", esas fueron las palabras del jugador del FC Barcelona Lionel Messi en las que dejó claras sus intenciones de futuro, después de contribuir con dos goles a la victoria de su equipo por 4-1 al CD Numancia.

En racha
Messi ya suma 14 goles en 17 encuentros de Liga y su equipo mantiene los 12 puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, que es el Real Madrid CF. "Queremos que siga la racha hasta el final, pero debemos ir paso a paso. Obviamente deseamos ganar la Liga esta temporada, pero para ello tenemos que luchar cada partido y seguir sumando puntos que nos permitan mantener la distancia sobre nuestros rivales", dijo Messi.

Trío temible
El jugador argentino de 21 años está viendo puerta con mucha facilidad esta campaña. De los 63 goles anotados por el conjunto azulgrana, Messi, Thierry Henry y Samuel Eto'o han hecho 45, una marca que supera la cifra total obtenida por el segundo equipo más realizador del campeonato, que es el Club Atlético de Madrid. Josep Guardiola, técnico del equipo, no tuvo reparos en elogiar al propio Messi. "Desde la vuelta del parón de Navidades, estoy viendo a Lionel entrenar como nunca. Sabe que esta es su casa y que aquí haremos lo posible por intentar conseguir ganar el mayor número de títulos posible".

Apoyo del club
Messi quiso zanjar los rumores que apuntaban a su posible marcha del equipo. "La única posibilidad de que deje este club es si me echan. Barcelona es mi casa y un club que ha hecho mucho por mi familia, por lo que nunca le estaré suficientemente agradecido".