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Atlético y Barcelona reeditaron versiones de años pasados y ofrecieron un espectacular partido en el Vicente Calderón, que concluyó con victoria local después de 90 minutos sensacionales. Supo el Atlético rehacerse y volver a un duelo que el Barcelona parecía haber sentenciado con dos goles en la primera media hora. Lograron los rojiblancos igualar a dos y desataron un combate sobresaliente y que se saldó con victoria heroica de los rojiblancos. Un triunfo justo y muy celebrado por una afición muy necesitada de alegrías. 
Los azulgrana se presentaron en Madrid en el peor momento de la temporada. Ocho de los doce puntos de renta al segundo se habían esfumado antes de afrontar el duelo ante el Atlético, ante el que el Barça debía demostrar que no le temblaba el pulso por la coyuntura. pero no lo hizo. 
Para el Atlético, también el envite tenía tintes dramáticos. La llegada de Abel Resino al banquillo había acentuado las graves carencias de la etapa de Aguirre. Todo ello llevó a un combate sin cuartel. La emoción y la necesidad de ganar de los dos contendientes estaba asegurada. 
Por eso, el encuentro comenzó loco, sobrado de ganas y de revoluciones. A Heitinga le fue anulado un tanto legal tras un duro disparo de Maxi Rodríguez que rechazó el cancerbero. 
Eran minutos espectaculares, en los que el Atlético estaba siendo mejor y tejiendo las mejores intervenciones. El Barcelona quedó sometido a ese empuje hasta que apareció el látigo de Henry. El francés aprovechó un pésimo despeje de Pablo Ibañez para hacer un auténtico golazo. La diana fue un bálsamo para el Barcelona, que comenzó a hacerse con las riendas con su típico juego de toque. Y en el minuto 30 surgió Leo Messi para marcar el 0-2 después de una magnífica jugada personal. Un gol de genio que parecía suponer la puntilla 
No fue así porque Forlán se sacó de la manga otro golazo de disparo lejano que sorprendió a todos. Era el 1-2 y la esperanza de nuevo para los locales. 
No defraudó el partido en el segundo período. Siguió vibrante, eléctrico. Era el mejor Atlético del año 2009, sobrado de ganas. Un Atlético que mejoró su aspecto al tener las líneas más juntas y ayudar Maxi, Simao y Forlán a los centrocampistas. Con esa unión pobló Abel la zona de creación y le costó más al Barcelona jugar entre líneas. 
Tras un fallo de Samuel Eto’o, que marró el 1-3 solo delante de Leo Franco, llegó la igualada por medio de Kun Agüero, que aprovechó un error de Márquez. Era el 2-2 y el Calderón estalló de alegría. El Atlético había remontado un 0-2 e intimidaba al Barcelona, que sufrió mucho en los minutos posteriores 
Gudjohnsen condujo un gran contragolpe azulgrana para que Henry hiciese el 2-3, que fue un jarro de agua helada para el Calderón, que aún así, no se rindió. No claudicó porque el Atlético siguió luchando con ardor. Por eso Forlán hizo el 3-3, de penalti cometido sobre Sinama, y por eso Agüero redondeó para los locales una noche gloriosa haciendo el segundo de su cuenta y el cuarto del Atlético.